Ansiedad de mi

En el momento en que no puedo hablar con mis amigos, en el momento en que no hay un cigarrillo cerca o una botella de alcohol; cuando los libros no me narran y la música ya no suena; cuando mi cama no tiene sábanas y el abanico no funciona; cuando ya da igual la luz y la oscuridad...

Hablo con mis voces internas rogándoles misericordia; inhalo el aire mas rápido y me mojo la cara; leo mi juicio buscando una apología; me acuesto en el piso frío para espantar mi piel y no dormir mientras me abrazo; busco un lugar claroscuro.

Y mis ojos no se deciden si mirar o no mirar ni por qué mirar.
Me duelen las uñas y las puntas de mis cabellos.
¿Por qué sudo si tengo frío?

Deseo gritar.

Suena el teléfono como para asaltar lo que queda de mí, y desde el piso lo desconecto. No quiero saber qué pasa fuera de esta habitación, no es problema mío.

Deseo gritar, pero me quedo callada.
Con el dedo dibujo un círculo imaginario alrededor de mí y me acurruco con el largo de mi vestido.

Comienzo a pensar en mejores días; días que vendrán mucho después.

…hmmmm…

“Ya se fue el tren y esta calle nunca más será igual.Aprendiste a tener miedo perohay que correr el riesgode levantarse y seguir cayendo.”